Millones de personas en el mundo utilizan lentillas o lentes de contacto para corregir defectos refractivos como la miopía, hipermetropía y/o astigmatismo. A diferencia de las gafas, las lentillas tienen la ventaja de ofrecer un mayor campo visual. Además, aquellas personas que no valoran de momento una cirugía láser, prefieren el uso de lentillas antes que las gafas por razones estéticas.
Aproximadamente el 7,4 por ciento de la población española de entre 12 y 65 años utiliza lentes de contacto. Es decir, unas 2.500.000 personas las usan, según los datos del Libro Blanco de la Visión en España 2013.
La primera opción a tener en cuenta cuando empezamos a considerar el uso de lentes de contacto es qué material será el más conveniente para nuestras necesidades. Existen cinco tipos de lentes de contacto, en función del tipo de material con el que están fabricadas:
Hasta 1979 todas las personas que usaban lentes de contacto se las quitaban y las limpiaban todas las noches. La introducción del "uso prolongado" permitió que los usuarios pudieran dormir con las lentes puestos. Ahora existen dos tipos de lentes por tiempo de uso:
Uso diario — deben extraerse en la noche
Uso prolongado — pueden usarse durante la noche, habitualmente por un período de siete días consecutivos sin extraerlas
"Uso continuo" es un término que de vez en cuando se utiliza para describir 30 noches consecutivas de uso de las lentes, el tiempo máximo de uso aprobado por los organismos sanitarios para determinadas marcas de lentes de uso prolongado.
Aun bajo cuidados adecuados, las lentes de contacto (especialmente las blandas) deben reemplazarse con frecuencia para evitar la formación de depósitos y contaminación en las lentes, lo que aumentan el riesgo de infecciones oculares.
Las lentes blandas pueden clasificarse, en función de la frecuencia con que deben ser descartadas:
Las lentes permeables a los gases son más resistentes a los depósitos y no necesitan ser descartadas con la frecuencia de las lentes blandas. Habitualmente, las lentes GP pueden durar un año o más antes de su reemplazo.
Las lentes de contacto blandas (tanto las normales de hidrogel como las de hidrogel de silicona) vienen en una variedad de diseños, según el propósito que se busque:
Todas estas lentes pueden ser personalizadas para atender a aquellos ojos con dificultades para adaptarse. También es posible adquirir otros diseños de lentes, como las lentes fabricadas para ser usadas en situaciones especiales, por ejemplo, la corrección del queratocono.
Lentes de contacto bifocales para el astigmatismo. Se trata de lentes blandas avanzadas que corrigen tanto la presbicia como el astigmatismo, de manera que podemos evitar el uso de gafas después de los 40 años, aun si tenemos astigmatismo.
Lentes de contacto para ojos secos. ¿Tus lentes de contacto te producen una sequedad incómoda? Algunas lentes de contacto blandas están fabricados especialmente para reducir el riesgo de síntomas de ojo seco relacionados con este tipo de lentes.
Lentes de colores. Muchos de los tipos de lentes antes descritos también vienen en colores con los que podemos realzar el color natural de nuestros ojos; es decir, hacer que los ojos verdes sean más verdes, por ejemplo. Otras lentes de colores pueden cambiar por completo el color de nuestros ojos, como por ejemplo de marrón a azul.
Lentes de efectos especiales. También llamadas teatrales, para disfraces u otros, las lentes de contacto de efectos especiales pueden convertirnos en un gato, un vampiro o cualquier otro personaje que necesite de una caracterización de los ojos.
Lentes prostéticas. Las lentes de contacto de colores pueden también ser usadas con fines orientados hacia el aspecto médico. Las lentes blandas opacas llamadas lentes de contacto prostéticas pueden ser diseñadas de forma personalizada para un ojo que haya sido desfigurado por una lesión o una enfermedad, para disimular la desfiguración y que su apariencia coincida con la del ojo no afectado.
Primeramente, aunque parezca una obviedad, tus lentes deben abordar el problema que hace que tengas que usarlas. Tus lentes de contacto deben proporcionarte una buena visión mediante la corrección de tu miopía, hipermetropía, astigmatismo, o cualquier combinación de estos problemas de visión.
En segundo lugar, la lente debe adaptarse a tu ojo. Para ello, las lentes vienen en decenas de miles de combinaciones de diámetro y curvatura.
Tu óptico-optometrista tiene la capacidad de evaluar la fisiología de tus ojos y tu vista, para determinar qué lente cumple mejor con los criterios anteriores.
En tercer lugar, tal vez tengas otra necesidad médica que influya en la elección de las lentes. Por ejemplo, tu óptico-optometrista podría escoger una lente en particular si tus ojos tienden a resecarse.
Finalmente, ten en cuenta tu "lista de deseos" sobre las características de las lentes de contacto, como el color, por ejemplo, o el uso nocturno.
El cuidado de tus lentes —limpieza, desinfección y almacenamiento— es mucho más fácil de lo que solía ser.
Hace algunos años, habrías necesitado varios frascos de productos de limpieza, y quizás tabletas de enzimas, para un cuidado correcto. En la actualidad, la mayoría de las personas pueden usar soluciones "multipropósito", lo que significa que un solo producto limpia, desinfecta, y es usado para el almacenamiento.
Es posible que las personas sensibles a los conservantes de las soluciones multipropósito necesiten alternativas sin esos conservantes, como los que contienen peróxido de hidrógeno. Estos funcionan de forma excelente para la limpieza de las lentes de contacto, pero es muy importante respetar las indicaciones de uso. La solución no puede entrar en contacto con tus ojos hasta que la impregnación esté completa y la solución se haya neutralizado.
Por supuesto, puedes evitar completamente el cuidado de las lentes usando lentes de contacto de remplazo diario.
Actualmente, disponemos de más opciones de lentes de contacto que nunca, lo que ofrece comodidad, buena visión y ojos saludables. Si tus ojos o tus lentes se sienten incómodos o no ves bien, quítate las lentillas y acude a tu óptica para estudiar las soluciones disponibles a la incomodidad de las lentes de contacto.