En el post de hoy queremos ayudaros a entender cómo es la verdadera adaptación a unas gafas progresivas. Muchos de nuestros clientes se acercan a nuestros centros con cierta reticencia e incluso con miedo a los lentes progresivos. Lo cierto es que hoy por hoy ,este tipo de gafas presenta una adaptación total casi en el 100% de los casos.
Como ya hemos hablado en otros artículos, la presbicia nos alcanza a todos los que tenemos entre 45 y 50 años y forma parte del proceso de envejecimiento normal. Dependiendo de las dioptrías que tengas, de la existencia de algún defecto refractario previo y de tu actividad diaria, necesitarás ayudarte de algún tipo de lente en ciertos momentos (o en todos). Si este es tu caso y eres usuario de progresivos o intuyes que pronto lo serás, te interesa comprender cómo funcionan y lo que puedes esperar de ellos.
Todos los lentes progresivos tienen las distintas zonas de visión en los mismos sitios: en la parte superior, a visión lejana; en la parte media, la visión intermedia y en la parte baja la visión de cerca.
Pero aquí es importante matizar algunas cosillas:
Dicho esto, lo que queda es aprender a usar la parte correcta para cada distancia. Para ver la tele, por ejemplo hay que usar la parte de arriba de la gafa, lo que hacemos de manera natural sin ellas. Otra cosa es que intentes ver la tele recostado hacia atrás, verás borroso porque usas la zona de la gafa de distancia intermedia.
Lo más complicado es mirar hacia el suelo, puesto que tienes que mirar por la parte alta de la gafa, lo que te obliga a forzar un poco más la posición del cuello.
Hay personas que se sienten incómodas cuando trabajan con el ordenador, porque el campo de visión de la zona intermedia es bastante estrecho. Puedes solucionarlo situando la pantalla a la distancia, altura e inclinación que más te convenga.
Si pasas muchas horas delante del ordenador y trabajando a distancia media quizá te convenga comprar unas gafas ocupacionales, que sólo llevan campo de visión de cerca e intermedio. Consulta con tu óptico si esta es la mejor opción en tu caso.
Como ves, no es tan difícil adaptarse a unas gafas progresivas siempre que sepas lo que te vas a encontrar y lo que puedes esperar. Son la mejor alternativa cuando llega la presbicia, pero en ningún caso será igual que cuando no las necesitabas.