mar 11, 2021 • Opticalia Callao

Terapia visual infantil

No es necesario que un niño padezca un defecto refractario como la miopía para que vea mal y esto comprometa su rendimiento escolar. La mala ortografía, la baja velocidad o comprensión lectora y la dificultad a la hora de copiar o memorizar textos pueden esconder problemas de percepción y eficacia visual.

material terapia visual

En Opticalia Callao, tenemos un departamento de optometría comportamental donde realizamos terapias visuales que pueden solucionar este tipo de problemas entre otros. Trabajamos la creación de las conexiones neurológicas necesarias pare reducir estos síntomas, potenciando las habilidades visuales relacionadas con los mismos y mejorando el rendimiento a través de terapias visuales completamente personalizadas.

Este tipo de problemas pueden ir a la par de un defecto refractario o no, es decir, hay niños con miopía (por ejemplo) y que además padecen problemas de funcionalidad o eficacia visual y otros que sólo tienen miopía, al igual que hay niños con una visión perfecta desde el punto de vista de las patologías oculares, que sufren alteraciones de la eficacia visual relacionados con la capacidad oculomotora, que controla los movimientos oculares, la capacidad acomodativa que ayuda a enfocar y desenfocar de manera óptima y la coordinación de la visión en ambos ojos simultáneamente.
Las anomalías pueden tener su causa en ciertas dificultades de percepción o procesamiento visual que conllevan una interpretación errónea de los estímulos recibidos a través de los ojos y que se reflejan en una escasa memoria visual, una mala coordinación visomotora (son niños que tienden a comportarse con torpeza), la dificultad para discriminar detalles o la distinción figura-fondo.
Síntomas como una mala ortografía, baja velocidad y comprensión lectora, confusión y omisión de letras y palabras, dificultad para memorizar textos o para copiar en su libreta lo que hay en la pizarra pueden ser indicativos de una dificultad de percepción visual.
Mientras que las alteraciones de eficacia pueden darse tanto en la edad infantil como adulta, las de percepción afectan de forma específica a los niños, que suele llegar a la consulta recomendados por profesores, psicólogos, orientadores o logopedas. Se trabaja con ellos el refuerzo de las habilidades afectadas mediante ejercicios optométricos individualizados que a base de repetición, obligan a los ojos a "ver bien" gracias a la creación de nuevas conexiones neurológicas.
Basta con la realización de ejercicios diarios durante unos 15-20 minutos en casa, según lo recomendado por el terapeuta y una sesión semanal de 45 minutos en la consulta donde se refuerzan las habilidades con las técnicas y los instrumentos más adecuados para cada caso.

Tratamos que las sesiones en consulta sean lo más amenas posibles, utilizando material del agrado de los niños, que identifican como juguetes o por medio de las nuevas tecnologías, con cuyo uso están totalmente familiarizados y cuya utilización suele estar restringida por sus padres, de tal manera que se entrenan en un entorno lúdico a la vez que se divierten.

Los niños deben ver las sesiones como un juego, no como deberes o una obligación y es conveniente que ellos se marquen su propio objetivo para medir sus avances. El objetivo de un niño sería más bien jugar mejor al fútbol, mientras que el de sus padres sería alcanzar una mayor agilidad de lectura. Ambos objetivos implican las mismas competencias, pero a los ojos de los niños no resultan igual de atractivos.

La implicación de los padres como terapeutas colaboradores en casa es también fundamental para el éxito en los resultados, que suelen alcanzarse como término medio, entre los tres y seis meses dependiendo de si la alteración es funcional o perceptual.