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jul 15, 2022 Opticalia Callao

¿Cómo se forman los derrames oculares?

En Opticalia Callao hoy vamos a tratar un tema de salud visual muy frecuente y, normalmente, de escasa importancia. Los derrames oculares nos ocurren a todos alguna vez en la vida y, aunque algo molestos, no suelen tener mayores repercusiones en nuestra salud. Pero ¿Qué son exactamente y cuándo debemos preocuparnos?

¿Qué son los derrames?

 

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Los derrames oculares son hemorragias que se producen por debajo de la conjuntiva, una membrana serosa que reviste el ojo (y, también la cara interna del párpado) y cuyas labores fundamentales son mantenerlo lubricado y protegido de agresiones externas. La conjuntiva cubre a su vez otra membrana gruesa, de color blanco y rica en colágeno, que conforma la capa más externa del globo ocular y recibe el nombre de esclerótica (“el blanco del ojo”). La capa más interna de la esclerótica, contiene abundantes vasos sanguíneos. Cuando dicha capa se lesiona y se rompen algunos de los capilares que la irrigan, se produce una hemorragia. Como resultado, en la esclerótica del ojo aparece un punto rojo que se conoce como “derrame”.

Por lo tanto podemos decir que un derrame ocular equivale a un hematoma en cualquier otra parte del cuerpo.

¿Qué puede causar un derrame?


La lesión ocular que produce un derrame puede obedecer a diferentes causas:

  1. Un golpe. Se trata de la causa más común de los derrames en los ojos. No tiene por qué tratarse de un golpe especialmente fuerte, ni recibirse directamente sobre el ojo, puede desencadenarlo incluso un golpe en la cabeza.
  2. Un estornudo. Los estornudos pueden provocar un movimiento violento de la cabeza, ocasionando un aumento temporal de la presión sanguínea de los capilares de los ojos, que pueden llegar a romper. 
  3. Vomitar. Al igual que los estornudos, los vómitos pueden producir un aumento de presión sanguínea en los ojos, suficiente para ocasionar un derrame.
  4. Conjuntivitis. La inflamación de la conjuntiva o conjuntivitis, también favorece la aparición de derrames. A veces, como consecuencia de frotarse los ojos para aliviar el picor. 
  5. Consumir determinados medicamentos. Algunos fármacos que producen alteraciones en la coagulación, como la aspirina, hacen más fácil la aparición de un derrame. También pueden aparecer derrames asociados a determinados medicamentos que  combaten el cáncer.
  6. Hipertensión.

    Las personas con hipertensión (sobre todo las que toman anticoagulantes) son más propensas a padecer derrames. A veces, las hemorragias oculares están ocasionadas por una subida brusca de de tensión, por lo que es recomendable que los hipertensos acudan al médico cuando tienen un derrame que no obedece a una causa clara, como un golpe.

  7. Diabetes. Tener un elevado nivel de azúcar en sangre contribuye a debilitar los vasos sanguíneos. Los derrames oculares pueden ser frecuentes entre los diabéticos que padecen la enfermedad desde hace tiempo y los que no siguen un tratamiento correcto.
  8. Cambios bruscos de temperatura. Los capilares de los ojos están muy expuestos a las agresiones externas. Un cambio brusco de temperatura puede llegar a romper algunos de ellos, sobre todo los más delgados.
  9. Embarazo y menstruación. Estos estados de la mujer producen alteraciones en el sistema circulatorio y, como consecuencia de ello, pueden aumentar la propensión a sufrir hemorragias en la conjuntiva.

¿Duelen los derrames?

Si has tenido un derrame alguna vez, sabrás que estas pequeñas hemorragias no producen ningún dolor. Algunas personas sienten una pequeña molestia en el ojo afectado, como una sensación de calor, que desaparece al poco tiempo. Los derrames tampoco afectan a la visión. Eso sí, su color rojo intenso, en contraste con el blanco de la esclerótica, suele producir alarma.

Los derrames son inofensivos y desaparecen sin necesidad de hacer nada a los pocos días. Poco a poco, van disminuyendo en tamaño e intensidad hasta que la sangre es totalmente reabsorbida. Por lo general, un derrame suele durar entre 8 y 10 días.

No obstante, cuando no desaparecen ni disminuyen su tamaño o su intensidad de color y cuando se producen de manera recurrente, conviene acudir a un especialista, que determine qué los ha causado y cómo tratarlos.

Conclusión:

  • Es una patología muy frecuente e inofensiva en la inmensa mayoría de casos.
  • Casi siempre desaparecen en menos de una semana.
  • En el 90% de los casos no requieren ningún tipo de tratamiento.
  • Si se notan molestias (algo poco común) se pueden usar lágrimas artificiales con el fin de aliviarlas.
  • Se trata de derrames que técnicamente se denominan hemorragias subconjuntivales.
  • Suelen ser debidas a aumentos súbitos de tensión por estornudar o toser fuerte, frotarnos los ojos, etc.
  • Las personas con problemas de tensión arterial, diabetes o que toman anticoagulantes son más propensas a sufrirlas.
  • Solo es necesario acudir al especialista si estas manchas aparecen con mucha frecuencia.

Si tienes alguna duda sobre algún tema relacionado con tu salud visual, puedes ponerte en contacto con nuestro óptico online.

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Publicado por Opticalia Callao julio 15, 2022
Opticalia Callao