Soluciones posibles a la presbicia

A medida que nos hacemos mayores, el cristalino se va deshidratando, se vuelve más rígido y pierde la capacidad de cambiar su forma para poder enfocar los objetos cercanos. Es lo que se denomina presbicia o “vista cansada”. Este fenómeno ocurre generalmente a partir de los 40-45 años y se completa hacia los 65 años edad en la que ya no se puede enfocar nada de cerca.

Alrededor de los 45 años se empieza a notar dificultad para ver de cerca. Por ejemplo, al leer las letras se perciben borrosas o incluso inestables, pero no deformes. Si esto ocurre es porque existe otro proceso concurrente con la presbicia, y la visita al oftalmólogo es urgente para descartar una alteración de la mácula. El esfuerzo visual puede producir dolor ocular o de cabeza.

La presbicia se corrige con...

Gafas de visión progresiva, como tratamiento clásico. De 0,5 a 3 dioptrías se puede ir enfocando hasta los 33 cm de distancia habitual de lectura.
Hay otras alternativas para aquellos que no quieren depender de las gafas. Las más seguras son: 

• Las lentes de contacto multifocales, que no terminan de convencer a todos, sobre todo a los usuarios de pantallas.
• Las lentes intraoculares multifocales, tras la cirugía de cataratas. Son las llamadas lentes pseudofáquicas, que se colocan en el ojo en lugar del cristalino, especialmente cuando comienza a aparecer la presbicia o vista cansada o en personas con cataratas.

Actualmente, existen dos tipos de lentes intraoculares multifocales: las bifocales que tienen en su zona óptica dos focos, el primero para la visión de lejos y el segundo para la visión de cerca (presbicia o vista cansada). Las lentes bifocales proporcionan una aceptable visión de lejos y de cerca, con una mayor independencia de las gafas; y las lentes multifocales trifocales. Tienen tres focos, es decir son capaces de enfocar a tres distancias diferentes, proporcionando a los pacientes una correcta visión de lejos, una clara visión intermedia y una aceptable visión de cerca, ganando mayor independencia de las gafas a todas las distancias. Las lentes multifocales trifocales son las más modernas y se están implantando con mucho éxito.

• Permite tratar a pacientes no aptos para la cirugía láser, normalmente por tener poco espesor corneal o un número muy alto de dioptrías de miopía, hipermetropía y/o astigmatismo que quieren corregir.
• Es una intervención indolora, rápida y muy poco invasiva.
• Proporciona una alta calidad de visión en casi todos los casos.
• En lo que respecta a las lentes intraoculares multifocales, permiten recuperar un rango de visión óptimo, incluyendo la visión intermedia, lo que posibilita trabajar cómodamente delante de un ordenador.

• Infecciones. Toda operación en un quirófano implica un cierto riesgo de infección, aunque lo cierto es que en las intervenciones para el implante de una lente intraocular y en las operaciones de cirugía láser esa posibilidad es extremadamente baja.
• Posibilidad de tener que repetir la operación. Especialmente en las intervenciones de cataratas, al no extraerse totalmente el cristalino puede formarse una “segunda catarata”, precisándose entonces de una nueva intervención. También existe la posibilidad, aunque muy infrecuente, de que la lentilla intraocular se ensucie, requiriéndose también un pequeño proceso quirúrgico para su limpieza.
• Controles periódicos en la clínica. Con el objeto de evitar complicaciones, es aconsejable que el paciente se someta a controles rutinarios en la clínica tras la operación que también incluyan revisión del fondo de ojo para evaluar el estado de la retina.
• Esta intervención no está indicada para pacientes con uveítis o con irregularidades de morfología de la cámara posterior del ojo. Estos procedimientos no están indicados en personas que sufren inflamación de la úvea (capa intermedia del ojo situada entre la retina y la esclerótica y que está encargada de aportar casi toda la sangre a la retina) o cuya cámara posterior del ojo es tan estrecha que no permiten la introducción de la lente intraocular. Son problemas que se detectan con las pruebas previas a la intervención.

  
  Otras técnicas que aún no han alcanzado suficientes niveles de seguridad y estabilidad son, entre otras:

  • Las lentes intraoculares acomodativas
  • La implantación de lentes  intracorneales
  • El Láser de la presbicia (presbilasik)
  
  

  La presbicia es siempre un proceso natural (fisiológico) y no una enfermedad. Sin embargo los síntomas, especialmente cuando empieza a notarse y no sabemos de qué se trata, pueden confundirse con otros problemas de la vista. Por eso es muy importante acudir al oftalmólogo o al óptico siempre que haya dificultades visuales.